Me parece muy divertido cómo Ibáñez parece que se da cuenta a medio álbum que después de Frankenstein, Drácula, el Hombre Lobo, la Momia y King Kong, se le empiezan a acabar los posibles monstruos y mete alguna cosa muy surrealista como "la cosa peluda".
Eso sí, algunos gags son brutales, y el hombre tenía una soltura en el dibujo de lo más efectiva.
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