Tras la agradable sorpresa de Gideon Falls, decidí darle un tiento a Black Hammer.
Elegí el tomo de la edición Library, que es en tapa dura y más grande. Estupenda, por cierto. Más que nada para no liarme entre tanta colección, miniserie y spin-off.
Empecé a leerlo y me fui a dormir a las tantas porque me tenía enganchado y no paré hasta acabarlo.
Lemire no disimula sus referentes (Mary Marvel, el Capitán América/Daredevil, Green Lantern, los anfitriones de las historias de terror de la EC y DC, Capitán Comet/Adam Strange, el Detective Marciano, Galactus/Darkseid, sobre todo), porque juega a dos bandas.
Por un lado nos cuenta una historia de superhéroes, la de un grupo de héroes que ha acabado en una pueblo que no deja de ser una prisión.
Y por otro nos cuenta la historia de las publicaciones de superhéroes, los momentos más importantes, las modas, las series que más han influido. Adoro especialmente los homenajes a los autores como Len Wein y Bernie Wrightson en el precioso número dedicado a Dragonfly, y que el nombre del Doctor Star, el Starman del Universo Black Hammer, sea James Robinson, como el guionista de la mejor etapa de Starman jamás publicada.
No quiero olvidarme de Dean Ormston y demás dibujantes de este tomo. Esto no sería lo mismo sin ellos. La mayoría tienen estilos bastante alejados del mainstream superheroico, no son nombres que te imaginas dibujando a los Vengadores, por decir algo. Y ello ayuda a que la serie tenga su sabor particular, muy diferente de cómics de otras editoriales, con estilos muy diferentes.
La única pega sería tal vez que el desarrollo de la trama es muy lento. Pero como hay tanto trabajo en presentarnos a todos los personajes y eso se hace de una manera tan brillante, casi ni te das cuenta.
Me voy a tirar de cabeza a leer el resto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario