A punto ya de acabar la colección. Éste es uno de los números raros y complicados. Casamitjana siempre me hizo gracia con esa mezcla entre caricaturesca y realista. El guión de Cremona es algo enrevesado. No sé si la novela de Walter Scott es similar, pero me quedo con la sensación siempre que leo algo suyo que Cassarel lo hubiera resuelto de una forma más fluida.
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