Cuando Camaleón campaba por sus fueros a mí me pilló de regreso a Palma, sin librerías especializadas o casi, por lo que me perdí muchos de sus lanzamientos.
Este minitebeo ni lo había olido y lo pillé en un saldo en Continuará en un viaje familiar a Barcelona de pura casualidad.
Dos historias-la que da título y otra más experimental-que dramáticamente son de las que te dejan un ácido regusto en el paladar y, sobre todo, muy potentes gráficamente.
Una alegría.
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