Cuando alguien a quien aprecio muere, no le rezo un padre nuestro o algo así, Brindo por él mientras ceno y, si es alguien relacionado con el arte, procuro ver/leer/escuchar algo suyo al poco tiempo.
Paco Camarasa murió hace pocas semanas y esto fue mi forma de homenajear a uno de los editores outsiders más personales y apasionados por el medio. Lo voy a echar un montón de menos.
La primera colaboración de Seguí y Hernández Cava fue en este álbum, si no me equivoco. Su historia es la que me parece más interesante con mucha diferencia, un ejercicio de moral sobre la culpabilidad y la inocencia francamente recomendable. De hecho, sola, es posiblemente una de las historietas cortas españolas que recomendaría a cualquiera que esté interesado en el medio.
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