Hacía muchos años que no me releía a Tintin. Décadas, probablemente.
No sé muy bien por qué pero me ha dado el antojo de mirarme de nuevo este álbum , uno de mis favoritos junto a El cetro de Ottokar.
Y, claro, me he encontrado con muchos detalles que no recordaba, como la muy evidente presencia de elementos sobrenaturales como la adivina o el mismo sueño que tienen Tintin, Haddock y Tornasol.
O que la Castafiore esté cantando en un espectáculo de variedades tirando a cutre, y teniendo de compañero al General Alcázar, nada menos. Nada de La Scala de Milán ni nada parecido.
Ha estado bien encontrarme con estos personajes tras tanto tiempo, algo así como volver a casa, a un buen pasado.
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