Hacer chistes sobre publicidad tiene dos problemas para mí. El primero es que prácticamente no miro la televisión y por ello no sé la mayoría de referencias. El segundo es que si lo lees casi un año más tarde no sabes a santo de qué viene esta entrega porque la campaña ya acabó hace meses.
Pero la verdad es esta entrega que funciona por sí misma y que en un delirio surrealista es de las que más me han gustado tanto en cuestión de dibujo (homenaje al cine negro) como en guión.
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