Madre mía, qué lectura más densa...
El dibujo es sensacional. No me extraña que Longarón acabara haciendo tiras para los EEUU. Al leer este tomo sólo me acordaba de Caniff y Robbins.
Los guiones son divertidos, marcianos, estrambóticos, políticamente incorrectos y a menudo hilarantes.
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