Una historia sencilla, tal vez demasiado fría.
Lo que más me ha interesado, como siempre con este dibujante, son los elementos arquitectónicos. Pocos le hacen sombra a Schuiten en este aspecto...
Eso sí, ya sé que el juego de palabras entre douce y douze es complicado para traducirlo. Pero llamarlo "la doce" y no "la dulce" hace que la relación del maquinista y su locomotora sea más fría que en el original...
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