Hay muchas cosas que se pueden decir de esta obra: que es xenófoba hasta decir basta, que es maniquea, que tiene un tufo fascistoide que tira de espaldas, que sus protagonistas son burdas copias de Batman y Catwoman cual Supreme y demás personajes creados por Rob Liefeld, que es más simple que el mecanismo de un botijo, que gráficamente Frank Miller no ha evolucionado demasiado en los últimos veinte años aunque en esta ocasión haya usado más las cuchillas de afeitar y haya descubierto las manchas con trapos, que narrativamente sigue siendo muy grande aunque no compense el resto...
Pero a mí sólo me venía una palabra a la cabeza...
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