Volvemos a escanear tras Avilés...
Muchas cosillas pendientes, haremos lo que podremos...
Empiezo por este álbum de Bilal.
Me divierte el guión que es simpático, sin más, una recreación postapocalíptica de la obra de Shakespeare donde algunos de los personajes son conscientes de ello y, la nota novedosa, quieren cambiar su destino.
Pese a esa bobada, por mucho que intente justificarlo, del agua en polvo. Agua deshidratada. Vaya gilipollez.
El dibujo me echa para atrás. Parece hecho con pasteles y lapices de colores sobre papel de color. Al final acaba dejando una sensación monótona en el lector que ya, ya... Muy aburrido gráficamente.
Eso sí, acaba de descubrir que en cómic se puede hacer abstracto... Es lo que tienen los genios. O los que creen serlo.
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