La miniserie del Llanero Solitario y Tonto que se editó a principios de los años 90 por Topps me parece uno de los mejores trabajos del tándem Truman-Lansdale, mejor incluso que algunas de las miniseries de Jonah Hex que hicieron para Vertigo.
Los elementos son parecidos: un personaje de western metido en una historia con elementos sobrenaturales, en este caso una momia azteca que es en realidad un extraterrestre demente.
Y la sorna de los diálogos permanece.
Y el uso de personas reales, con Ronald Reagan como el gobernador caradura como recurso satírico.
Pero se une la defensa de los indios, los americanos nativos, típico del creador de Scout, sacándole un partido inmenso a la relación entre los dos protagonistas. Así se evita una imagen muy de cartón piedra de los dos personajes, mostrando la indignación que late en Tonto y cómo la imagen que se tiene de él por las novelas baratas de la época se le ha subido a la cabeza al Llanero Solitario.
He disfrutado mucho de esta relectura, la verdad.
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