Robert Kirkman engancha y demuestra que puede escribir muy bien historias de horror, más allá de los zombis. No sé aún muy bien si realmente hablaremos al final de demonios o de una invasión de seres de otra dimensión a lo Lovecraft o qué, pero interés tiene. Mención especial para la galería de personajes y cómo se presentan sus diferentes personalidades con unos pocos apuntes.
También es justo reconocer que sin Paul Azaceta esto no sería lo mismo. Su capacidad para crear una ambientación angustiosa es indiscutible.
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