Qué inocentes se ven todas estas historias de los sesenta o primeros años setenta... Qué alejadas de las primeras historias y su negrura, cuando el hambre era algo real en las familias.
Qué simples los gags.
Pero qué bonito gráficamente. Me ha divertido especialmente la historia donde Carpanta y varios personajes de Escobar van a ver al autor. Aunque el gag final acabe siendo de Zipi Y Zape. Se ve que no debía de tener la cabeza para el pobre Carpanta esa semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario