Jacques Tardi traslada al cómic los recuerdos de su padre como prisionero de guerra en un campo de prisioneros alemán. O sea, algo así como hacer su propio Maus.
Se emplea una estructura constante de tres viñetas apaisadas por página y es en blanco y negro, con grises y alguna pincelada de color (a lo La ley de la calle o La lista de Schindler, para entendernos).
Sinceramente, es una obra ambiciosa y es interesante como documento pero un tanto monótona como cómic. La estructura que se le intenta dar a los textos extraídos de los cuadernos de René Tardi, con el autor de niño haciendo de interlocutor y rompiendo la cuarta pared ocasionalmente, no acaba de funcionar. El conjunto se nota demasiado supeditado al texto original, demasiado temeroso de dramatizar los hechos y acaba dando una sensación de ser casi libro ilustrado en muchos momentos.
Pero como documento es interesante, repito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario