Lo mejor de estas tiras es el ritmo, todo el rato están pasando cosas.
Y la parte gráfica que recuerda a las películas de cine negro de la época, con esos encuadres y contrastes entre el blanco y el negro.
Incluso algunas partes de las tramas se mantienen perfectamente casi cuarenta años después.
Lo peor es la sensación de improvisación de las tramas que hay en muchos momentos. Uno puede entender que una saga en una estación de esquí se aborte cuando apenas ha empezado porque los EEUU están en plena guerra y deciden implicar más en el esfuerzo bélico al protagonista, pero en otros momentos no le veo explicación.
Pero que lo disfruto, lo disfruto.
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