Las ventas no debían de ser muy boyantes y empezaron a hacer una cosa que me parece de lo más anticomercial: alternar una historia nueva con una reedición. Y claro, así es fácil que la gente no entienda nada de las subtramas, o que los mismos guionistas se pierdan si se van alternando, como lo que pasó con la subtrama de Eric Koenig, que parecía que era un traidor, luego no, luego sí, como si no supieran qué querían hacer...
En fin, en estos números Gary Friedrich cede el puesto de guionista a un joven Gerry Conway y a Al Kurzrok, sin nada especialmente memorable. Al menos, este último hace una historia, dibujada por un Herb Trimpe sin acreditar que sustituye al habitual Dick Ayers, sobre el trato a los japoneses residentes en los EEUU, algo de lo que no se había hablado antes.
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