Me pillé este comic por la otra historia, dibujada por Darwyn Cooke.
Pero ésta me convenció más, porque, aunque caiga en una religiosidad tirando a rancia, lo de arriesgarse a discutir la posible existencia de Dios durante páginas, basándose en escenas y momentos de la historia del Universo Marvel me merece un cierto respeto por intentar hacer algo muy diferente.
Y el dibujo es simpático, oye.
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