En este tomo, aparte de Dr. No, se adaptan Diamantes para la eternidad y Desde Rusia con amor. Las novelas, claro. Para las películas aún faltaba un tiempo.
Hay un salto cualitativo importante en el último episodio, el que da título al tomo. Por un lado, John McClusky se suelta el pelo, y empieza a usar un estilo más sucio, más expresionista y mucho más interesante. Por otro, Peter O'Donnell, más conocido por su Modesty Blaise, sustituye puntualmente a Henry Gammidge. Ojalá hubiera seguido. El resultado es mucho más sólido y natural.
Me ha hecho mucha gracia recordar que -supongo que decir que el malo en una historia de James Bond muere no es una sorpresa para nadie, ¿no?- el Doctor No moría en la novela de una forma mucho menos elegante que en la película...
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