Una juerga.
La premisa es demencial: los americanos cogen a un soldado hecho polvo y lo remiendan para que parezca el monstruo de Frankenstein, y usan productos experimentales para convertir a un chaval con problemas psicológicos de licantropía en un verdadero hombre lobo y a un sargento condenado a treinta años de cárcel en un vampiro.Y los mandan a dar sustos a los nazis y japoneses. Y a matar a todos los que puedan, claro.
Si os parece un disparate, tranquilos porque la cosa sigue y a los pocos números se les une la Profesora Medusa, a quien un accidente le convierte el cabello en serpientes.
J.M.DeMatteis fue su creador y primer guionista. Un trabajo competente y que ponía el objetivo en temas morales y en dramas. Me ha gustado sobre todo su última historia en la que Lucky Taylor intenta suicidarse cortándose el cuello por los remordimientos de haber asesinado a una colaboradora de los nazis, una mujer mayor obligada por amenazas a su familia. Pero pronto, el veterano Robert Kanigher coge los mandos. Una de las primeras grandes diferencias con el trabajo de DeMatteis es que convierte al teniente que los lidera en un ser totalmente odioso que no hace más que insultar y humillar a sus soldados.La otra es que el otro personaje de la colección Weird War Tales, G.I.Robot, aparece de vez en cuando junto a los monstruos de este tomo. Y finalmente, que las historias tienen cada vez más un carácter fantástico con viajes en el tiempo, encuentros con dioses romanos o luchas con pterodáctilos.
Todo muy desmadrado, sí, pero también hecho con mucha gracia y desparpajo.
Fred Carrillo es el dibujante principal de la serie, pero hay colaboraciones puntuales de Pat Broderick, el creador gráfico, Bob Hall o un sólido Dan Spiegle.
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