Pero al final se descontrola todo, dejando una sensación de confusión importante.
Una pena.
Eso sí, me da que John Cassaday disfrutó una barbaridad con este trabajo, al darle la oportunidad de jugar con otros géneros.
Pero al final se descontrola todo, dejando una sensación de confusión importante.
Una pena.
Eso sí, me da que John Cassaday disfrutó una barbaridad con este trabajo, al darle la oportunidad de jugar con otros géneros.
La obra empieza bastante bien, mezclando intrigas de espionaje durante la Segunda Guerra Mundial con elementos fantásticos.
Y, pese a su numeroso elenco de personajes, se las ingenia para que el resultado sea claro.
Cuando los Humanoides decidieron sacar nuevas series con autores americanos (Busiek, Immonen, Austen, Guice) se las debían de prometer muy felices.
Visto lo visto, fue flor de un día.
Esta serie de tres números posiblemente sea la más exitosa a nivel comercial.
Un tomo con la boda de la Cosa y Alicia, despedidas de soltero o soltera, preparativos, enemigos que atacan para tocar las narices...
Lo normal.
No deja de tener muchos momentos divertidos, eso sí.
Y está bien poder ver de nuevo haciendo cómic a algunos de los dibujantes invitados, como Adam Hughes, seamos sinceros.
El segundo encuentro entre Superman y Spider-Man me ha parecido siempre que quedó muy lejos del primero. Muy, muy lejos.
Porque los villanos eran un pegote. Sí vale, el Doctor Muerte es un gran villano y se las ha tenido con Spider-Man en varias ocasiones desde la era Ditko. Pero no es un enemigo clásico de Spider-Man. Y el Parásito acabó aquí porque lo escribía Jim Shooter, su creador. Pasando de Brainiac, por ejemplo.
Shooter escribió un número simpático, sí, y tenía gracia eso de meter a Hulk y a Wonder Woman. O ver a Peter Parker en el Daily Planet junto a Jimmy Olsen, o a Clark Kent en el Daily Bugle frente a J.Jonah Jameson. Pero poca cosita más.
Lo peor para mí es el dibujo. Sí, estaba a los lápices John Buscema, y el cómic al final tiene más de una viñeta impactante. Pero se nota que se debió de hacer a toda pastilla cuando ves la tonelada de entintadores que metieron mano. Apuesto que, más que dibujar, Buscema hizo bocetos.
Y la mayoría del tiempo, sin muchas ganas.
Bueno, supongo que muchos pondrán el grito en el cielo sobre si esto es un comic o no, ya que hay poco bocadillo, poca narrativa, y todo tiene más aspecto de cuento para niños, con textos en off y dibujo a doble página.
Francamente, me da lo mismo. Es una historia que he disfrutado una barbaridad de leer y mirar.
Que se enfaden otros, oye.
Este recopilatorio de historias cortas independientes de Juan Giménez me faltaba.
Una forma de volver a homenajearlo.
Me ha divertido ver que entre los guionistas que le ayudan en alguna historia está el amigo Lorenzo Díaz. Lo del homenaje a Robert Silverberg me ha parecido especialmente divertido.
El final de la historia, habiendo leído la primera parte, y con los textos sin reducciones por el tamaño de los minitebeos de Novaro se ve diferente.
Ver actuar juntos a la JLA y la JSA (a punto de tener su colección propia entonces) es siempre un gusto para mí.
Que tengamos un invitado especial también.
Pero que me expliquen cómo morían ciertos personajes en el número anterior, porque me da que fue muy gratuito...
Una de mis historias favoritas de Flash iba sobre el encuentro de éste con su guionista Cary Bates, quien lograba viajar de nuestro mundo al Universo DC. Todo más loco que meta, egocéntrico o presuntuoso.
Conocía la continuación de este número gracias a Novaro pero no entendí un pito en su momento. Mira, al menos ahora he entendido qué pasaba.
Y es divertido ver a los dos guionistas y su editor hablando y discutiendo.
Por no hablar de leer a Maggin decir que Green Arrow habla como habla porque él habla igual.
La última obra ganadora del Premi Ciutat de Palma ha visto la luz gracias a un crowdfunding del autor.
El álbum iba acompañado de alguna postal y de un sketchbook donde me divirtió mucho ver en una de sus páginas el cálculo de porcentajes del PVP de una obra.
El cómic en sí, centrado en corredores de coche de principios de siglo, parece mucho más infantil de lo que es. No lo es. Y es que la obra juega al despiste y va mucho más allá de la competencia entre un gentleman ganador y un sucio segundón. Esto no son los Autos Locos o algo así.
Porque pronto queda claro que el gentleman no es lo que parece y el tramposo de su antagonista tiene fuertes motivos para actuar como lo hace.
Y gráficamente es una pasada. Si hay algo que le gusta a Pau es dibujar animales y coches. Aquí se ha puesto las botas y seguro que lo ha disfrutado una barbaridad.
No me quiero olvidar del uso del color sepia, para darle a todo un aire antiguo y algo inocente. Una gran idea y que le da un aspecto muy personal.
No se lo pierdan.
Ewing hace crecer la franquicia de los "Immortals" con Hulka.
No me importaría que la prima de Bruce Banner se convirtiera en una habitual de la serie madre.
Un one-shot que parece destinado a ser un trailer de diferentes series. Donde se centra más Aaron es claramente e su etapa de Vengadores que empezaba a continuación.
Supongo que me lo tendría que haber leído antes de iniciar la lectura de los Vengatas de Aaron pero hasta ahora no pude pillar esta grapa (pasé de pillarlo en un tomo, porque era un timo).
Se me pasó en su momento por cierto bajón con el medio del cómic.
Me parece que a Monteys la ciencia ficción que se le ajusta más es la de Robert Sheckley y sus relatos cortos, llenos de sorna y mala leche.
Acompañado de esos momentos kirbyanos, el resultado es apasionante.
Leer la Legión de Bendis me hizo querer leer, o releer, algo de la Legión, de MI Legión.
Este tomo nos permite ver las primeras historias de legionarios como Element Lad o Dream Girl, o las simpáticas primeras apariciones de la Legión de Héroes Sustitutos.
Unos cómics tan intrascendentes como divertidos, tan eficaces como llenos de encanto.
Y me he enterado de algo que no sabía y es la relación, sexual y sentimental, entre la Legión y Star Wars.
El guión es del montón. Lo salva Dick Dillin con su oficio.
Y veo que eso de tener a Atom montando en las flechas de Oliver Queen no fue sólo flor de un día, era ya vicio....
Me molesta que haya alguna página muy mal reproducida o que haya algún que otro chiste que he visto en otros libros de los que he leído recientemente.
Pero me lo compensa el que me haya parecido el más divertido con diferencia de todos ellos.
La segunda aventura de la Patrulla de los Castores presenta a otro scout que luego pasa al olvido. No me extraña, lo único que hace el pobre es bulto.
Por lo demás, una aventurita que podría haber escrito Enid Blyton si le interesasen los grupos juveniles d excursionismo y no la puñetera cerveza de jenjibre.
En su momento lo ignoré por completo. La premisa no me interesaba lo más mínimo.
Años de leer que estaba bastante bien me llegaron a intrigar.
Sí, es cierto. Funciona pese a los personajes y géneros tan dispares. O puede que gracias a ello.
Eso de ver a Archie en pleno tiroteo o al Castigador en momentos cómicos, sin salirse de su papel ninguno de ellos, da mucho juego.