La obra que ha supuesto las denuncias contra Vivès y sus editoriales, tras intento anteriores que fueron desestimados, recupera al personaje de Petit Paul de Los melones de la ira, un niño con un pene descomunal.
Posiblemente, sea el menos conflictivo por su tono de humor brugueril absurdo, les falta poco para que acaben las historias con persecuciones, pero al ser un chaval el protagonista y no un personaje secundario como en veces anteriores, creo que eso ha sido lo que ha causado las denuncias, amenazas, suspensiones de exposiciones, etc...
Veremos cómo acaba.
Pero para mí, lo que me molesta de verdad es que Vivès que es capaz de mucho más, se dedique a hacer estos cómics que son unas chorraditas muy, muy olvidables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario